Las peores películas de la historia: «Thunder of gigantic serpent»
Godfrey Hoo. Este curioso nombre es aplicable a cierto “cineasta” de origen asiático que ostenta el orgulloso título de haber creado algunas de las peores producciones cinematográficas de la historia del cine. En su haber se cuentan más de un centenar de películas rodadas, casi todas, en la década de los ochenta. Es un hombre polifacético de su tiempo, guionista, productor, director y actor. Todas estas habilidades las usa en conjunto con una calidad espasmódica para crear las películas de ninjas más chusteras jamás vistas. Lo que no todo el mundo sabe es que nuestro querido amigo Godfrey, después de una noche dándole al sake, rodaba películas de “terror” mientras se le pasaba la resaca. De estas mañanas de Domingo nefastas nace la producción que hoy nos atañe, “Thunder of gigantic serpent”, o como el bueno de Godfrey diría “Daai se Wong”.
Antes de nada, permitiros un momento para echar un ojo al poster publicitario de la película. Retenedlo en vuestra memoria, absorbed todos esos pequeños detalles y atesorarlos como si se os fuera la vida en ello, porque no vais a ver nada parecido en la más de hora y media de metraje. Ese caos, esa destrucción, esas llamas, esa serpiente gigante escupiendo fuego por la boca mientras un rayo prácticamente le da en la cabeza. Dios bendiga a los dibujantes de posters de los ochenta.
La trama se centra en una familia china en la que la hija pequeña tiene una extraña mascota. Nada más y nada menos que una serpiente. Pero no es una serpiente cualquiera, qué va, este reptil tiene la capacidad de entender a los seres humanos e interactuar con ellos. El lazo afectivo que se forma entre la chiquilla y la serpiente durante la película es una de las historias más desgarradoras y emotivas del panorama fílmico pasado, presente y, seguramente, futuro.
Bueno, como os podréis imaginar, a lo largo de la película, entran en escena científicos locos con buenas intenciones, un grupo terrorista más desorganizado que una caja de chinchetas y un cuerpo policial completamente inútil. La historia de siempre: científicos crean “formula” que agranda animales, terroristas intentan robar “formula”, niña encuentra “formula”, serpiente toquitea formula, terroristas secuestran niña y serpiente tira millas para salvarla, lo normal.
Entre todo este algarabío de balas de fogueo, serpientes de goma y muchos, muchos efectos especiales a base de hilos nos encontramos con actuaciones de infarto. La pareja que ha conseguido criar a la infante tienen tres frases en toda la película siendo la más impactante la siguiente:
- Cariño, ¿no crees que nuestra hija está un poco extraña? – Dice la madre preocupada tras ver a su hija hablar con una serpiente de plástico gigante.
- Cómete la cena – Contesta el marido mientras sorbe fideos.
- Si – Contesta la madre.
Después de esta demostración de maestría “guionística”, que provoca que la cerveza que estas tomando decida irse por otras vías inexploradas, descubres que la película no puede deparar nada bueno. Es entonces cuando la maestría de nuestro amigo Godfrey salva la situación incluyendo un nuevo personaje, un tipo rubio y mediomusculado que dice ser del FBI (o de cierta agencia en la sombra super secreta y mortal). Este personaje se carga a los malos antes de saber que son malos creándose así una cuenta de víctimas que, al finalizar la película, es mayor que la de los terroristas y la serpiente juntos. Lo mejor es que casi no tiene minutos en el metraje, protagoniza dos o tres escenas de presentación, mata a casi todos los terroristas a nivel mundial y desaparece. Mejor.
Os habréis fijado que siempre que me refiero a la “fórmula” que causa tal algarabío en la película utilizo unas precavidamente unas comillas, esto es porque el susodicho invento no es más que una caja de metacrilato que proporciona descargas eléctricas a todo lo que haya dentro. La máquina plastiquera ésta funciona de forma espontánea, sin interruptor, sin corriente, únicamente obedece las ordenes de su maestro y señor, el gran Godfrey.
Al final de la película se consigue desahogar toda la tensión acumulada durante el metraje en un combate intenso cuando la serpiente intenta aparearse de forma infructuosa con el edificio donde tienen capturado a su amor platónico, los terroristas vuelan el edificio, la serpiente hace chucrut, la niña llora, todos se ríen y tu intentas borrar esta última hora y media de tu cabeza. Godfrey se ríe.
Resumen:
Terror chino del malo. Es Godfrey en horas bajas. Por favor, ni con un palo.
Melchian