Ciclo cine friki: Vicious lips
En la década de los ochenta el alcohol, el heavy, el glam, el maquillaje, las drogas y las pelucas hicieron mella en más de un energúmeno que se las daba de director de cine creando películas “direct to video” de lo más interesantes. Algunas de ellas han sobrevivido hasta nuestros días para hacer las delicias de un grupo muy reducido de personas.
En este tipo de películas son varias las consideraciones a tener en cuenta pero una las resume todas a la perfección: “Todo vale”. Da igual lo que esté pasando en una escena, en la siguiente puede suceder todo lo contrario. Desde zombies rockeros a vampiros grupies pasando por naves espaciales y atomizadores. Bienvenidos al mundo de las películas frikis.
Uno de los exponentes menos reconocidos de este género es un título sugerente nacido en 1986. “Vicious lips”, o como se le conoce por estos lares “El planeta del placer”, no es una película erótica como deja entrever su título sino que forma un conjunto de ciencia ficción-musical-terror bastante extraño.
El argumento se sitúa en un hipotético futuro en el que el espacio está más que colonizado y la civilización ha experimentado una transformación espectacular reduciendo a todos los humanos a camioneros interestelares gordos con barba, prostitutas glam y managers sin escrúpulos. En este escenario aparece una banda de rock descafeinado que acaba de perder su cantante y para sustituirla se agencia a una niñita celestial de un instituto. El drama comienza cuando la vixen más dominante de la galaxia les ofrece una oportunidad para triunfar y deben viajar hasta “el sueño”, que está en la otra punta de la galaxia, en tiempo record.
El desarrollo de la película recuerda a otras producciones similares como “Gira sangrienta”, “Hard rock zombies”, “Black roses” o “Rock ‘n’ roll nightmare”, plagado de extraterrestres con prótesis dentales, guitarras fluorescentes de tres cuerdas, efectos láseres, maquetas espaciales y sobre todo mucho humo. Y es que a este último factor se le podría considerar como un actor más ya que está presente en todas las escenas de la película, da igual que estén en un planeta desértico gigante, que en un camerino o un callejón, el humo lo inunda todo.
Guitarras fluorescentes tocadas con arte
Mención a parte se merecen las protagonistas que lucen peinados glam que cambian cada minuto gracias al gran surtido de pelucas con las que vienen incorporadas de serie. Esto sumado al fútil pero divertido intento que tiene el guion de ahondar en la compleja psique de cada una de ellas hace que se conviertan automáticamente en el mejor cuarteto protagonista de las películas frikis de la historia.
La banda protagonista al completo
Por muy desfasadas e independientes que sean las mujercillas de marras se les ponen las cosas difíciles un par de veces gracias al gran repertorio de enemigos que consiguen reunir a lo largo de la muy escasa hora y media que dura la película. Comenzando con los mirones que las espían en su camerino (a los cuales sacan los ojos), siguiendo con el asesino múltiple con más de 5.000 mujeres destrozadas en su cuenta personal, pasando por los “zombies caníbales punks” que las persiguen sin descanso y terminando con las dos succubos devora hombres que intentan darse una meriendilla con el manager. Todos ellos hacen que no te aburas demasiado excepto en los casi 20 minutos de charla inconsistente que mantienen las integrantes del grupo demostrando que su estupidez es más que considerable.
Zombies canibales punks everywhere
Al final, y tras haberte divertido de lo lindo, los sucesos surrealista e imposibles hacen que la película no pueda continuar lógicamente por lo que el director se saca un recurso aún más surrealista y, sobretodo, más inexplicable de la chistera convirtiendo al conjunto en una muestra de cine friki con todas las de la ley.
No olvidar la pegadiza canción que cierra la película y la liga con los títulos de crédito:
Resumen:
Coctelera de géneros con tópicos de todas y cada una de las películas de terror y ciencia ficción del haber cinematográfico. Drogas, láseres, pelucas, maquillajes y rock adolescente para echarse unas risas.
Melchian